Una vecina de Esperanza de 96 años se contagió de coronavirus sin presentar síntomas y pudo superar la enfermedad. Ya curada, alienta a otras personas de la tercera edad y brinda recomendaciones vinculadas a la pandemia.
“Maruca”, como la apodan, fue entrevistada por Telefe Santa Fe y relató que “mi enfermedad fue muy rara. No tenía síntomas, absolutamente nada. De repente un miembro de la familia empezó a perder el olfato y el gusto. A su vez comenta que está viviendo conmigo y que pudiera haber algún riesgo de contagio. Con mis 96 años corría riesgo”.
“Me llevan al sanatorio y la doctora me empieza a hacer las preguntas de rigor. Yo tengo gastroenteritis crónica. Cuando me hisopan, me da positivo. Me dicen ‘abuela, lo lamento, no tenés síntomas, pero tenés coronavirus’. Fue una sorpresa para mí. Había sentido una descompostura de estómago. Pero eran síntomas que acostumbro a tener de la gastritis”, agregó la mujer.
Ganó la batalla
“Cuando me hisopan, me dicen que tienen que tomar otras medidas más rigurosas. Yo no sentí más que molestias en el estómago. Los síntomas que siento siempre por descompostura de gastritis. Volví a casa, empecé a perder el olfato, no tenía gusto. Seguí aislada. Los aislamos los tres. Lo asumí bastante, lo superé”, contó “Maruca”.
Además manifestó que “tenía terror porque en base a las noticias que recibimos por televisión, las muertes son en la gente mayor. No era muy alentador. Soy una persona de muchísima fe, me puse en manos de Dios. Luché contra ese terror y miedo hasta que lo superé. Después vino lo peor. Cuando me dan el alta, caí en un decaimiento total. Tuve un cansancio profundo. Pero felizmente también fue superado”.
“No tuve la descompostura de otras personas, de otros viejitos. Por eso quería darles mi postura de aliento. Desde el primer momento me cuidé, siempre evitando contactos, evité las salidas. Estuve con los protocolos al día, no me faltó nunca ningún desinfectante. Me aislé totalmente. Permanecí muchas horas en mi habitación”, confesó.
Consejos
En este sentido, dejó un mensaje para su generación: “No porque somos viejitos estamos destinados a morir. Dios sabrá cuando nos llevará. Hay que estar confiados, no atemorizados. Si somos vulnerables, por lo menos que nos den un aliciente que no va a ser tan grave la cosa. Otros viejitos han muerto desamparados, tristes, solos. Yo me sentí rodeada de mis nietos e hijos. La pasé de lo mejor después de tanto pánico”.
“Tengo 14 nietos de todas las edades. Me siento bien, ¿qué más le puedo pedir a la vida? Solo pienso en cosas lindas. Quiero irme en paz, tranquila, sabiendo que los que quedan van a estar bien. Estamos atendidos. No podemos pedirle más a la vida. Todos me dicen, vas a vivir hasta los 100 años. No pretendo tanto. Siempre dije que voy a vivir hasta los 104, pero ahora me asusta el cálculo. Con esto que tuve es como que estoy encomendada a Dios”, reflexionó “Maruca”.
“Soy muy consciente de todo. Que sea lo que Dios quiera y como quiera. Ya viví bastante. Pasé buenos, malos momentos. Me hacen sentir bien, estoy bien. Estoy agradecida de la vida y de todos los que me rodean. Amo a todo el mundo, tengo buena relación con la gente”, concluyó en un emotivo relato.